Yo, a nivel de diseño, me estoy sorprendiendo o alegrando MUCHO más con cositas de corte más euro que otra cosa últimamente. En juegos temáticos siento que las innovaciones son mínimas: me venden el mazmorrero número 1.465, el 465º boss battler del año, y es que simplemente con que me digas el género sé exactamente qué me voy a encontrar. Y entro a la campaña y es tal cual el mismo esqueleto de siempre, vendiéndome lo mismo de siempre, y las innovaciones consisten en que este juego tiene miniaturas con trozos rojos y en este otro combino dos cartas por turno en lugar de jugarlas por separado. Oh, tremendas innovaciones que me descubren un nuevo mundo
mis sensaciones desde hace años es que los temáticos me dan, una y otra vez, más de lo mismo. El universo de los remakes hollywoodienses llevado a los juegos de mesa. La enésima manera, muy similar a las anteriores, de llevar a cabo la misma fantasía que me llevan proponiendo mil años ya.
Los eurogames también los siento estancados, pero de vez en cuando me encuentro un diseño fresquito que me alegra el día.
Mille Fiori es una tontada, pero una tontada alegre y combera, cachonda y colorida que te regala puntos como si fueran gratis, entre una lluvia de confeti y felicidad. ¡Puntos para todos! Es algo que utiliza una mecánica de draft y unos componentes bonitos para crear una experiencia que para mí fue novedosa cuando lo jugué. Que me permite vivir una fantasía nueva aunque tenga el mismo fondo, porque crea una dinámica amable y explosiva que no es frecuente en los juegos de draft. Como este ejemplo hay algunos jueguitos que he descubierto en los últimos años, y eso que apenas estoy abierta a novedades. Pero me hastían menos, no me dan esa sensación de que la temática que me van a proponer ya me la sé y que el valor añadido de su diseño es totalmente residual, que el cajón que me quieren vender básicamente lleva existiendo 15 años con distintas minis, distintos nombres y ligerísimas diferencias en la forma de jugarse. Hay muchísimo de eso también, más cuanto más ligero es el juego, pero encuentro excepciones y en juegos temáticos me resulta más difícil.
En cualquier caso, creo que estoy hecha una abuela gruñona de los juegos, y como tal solo me gusta ya lo pureta y megachachi. Cole Wehrle me pone cachondísima cada vez que saca una bizarrada que reinventa por completo algún aspecto que hasta ahora habíamos dado por hecho en los juegos de mesa.
Oath es con diferencia lo más interesante que he jugado y comprado en los últimos años, porque es un juego MUY temático pero pasado por un tamiz de abstracción brutal... que hace que sus historias sean mil veces más difíciles de captar que las del enésimo juego de campaña que es más leer un libro de 15.000 entradas de texto que jugar, claro. Pero funciona TAN bien, hace una propuesta TAN diferente y deja tantísima libertad a los jugadores capaces de imaginar para crear historias que se convierten en sagas... es otro nivel. Es mil veces más euro que ameri en sus mecánicas, pero para mí hace un trabajo muchísimo más interesante que los ameritrash de los últimos años en cuanto a proporcionar una experiencia temática.