Hegemony es un simulador político / social en el cual los jugadores encarnan cuatro facciones (el Estado, los Capitalistas, la Clase Media y los Trabajadores) en disputa por dirigir la economía de un país.
Para simular esta confrontación contamos con un tablero muy bien optimizado en donde se representan:
- las tendencias políticas: que pueden ir desde el neoliberalismo al socialismo, y desde el nacionalismo a la globalización.
- las empresas privadas propiedad del Capitalismo y de la Clase Media,
- la balanza comercial (importaciones y exportaciones),
- los recursos del Estado: que van desde el medidor de la presión fiscal, las empresas públicas, así como la Sanidad, Educación, etc.
Se trata de un juego que cae fuera de las clasificaciones habituales como “eurogame” o “ameritrash”, ya que en este caso las mecánicas y la ambientación están tan bien ligadas que no se podrían entender las una sin las otras. Pero puedo avanzar que no es un “juego de colocación de cubitos”.
Es un juego asimétrico en el que cada jugador puntúa de distinta manera, tiene un mazo de cartas distinto, y en el que los intereses son tan variables que puedes encontrar a los Capitalistas y los Trabajadores votando juntos una moción de ley, o al Estado intervenido por el FMI si no puede pagar los salarios de sus empleados públicos.
A pesar de plantearse en clave de "conflicto de clases" no es un juego de fastidiar a los otros jugadores, sino que tú vas haciendo tu juego y puntualmente podrás usar alguna mecánica que en un momento dado puede fastidiar un poco a un oponente. La clave para el oponente es no ponerse en situación de que le puedan fastidiar, p.ej. no quedarte sin dinero por si alguien juega una carta que te obliga a pagar, y al no tener dinero te fuerza a pedir un préstamo.
Igualmente las votaciones van a dar lugar a que los jugadores se apliquen en convencer a los demás para que voten en el sentido que ellos desean. Pero aún así no tiene porque ser un juego de discusiones, ni de mal rollo ya que cada clase tiene unos objetivos definidos, que no tienen porqué ser los mismos que tenga el jugador. A lo que voy, es que no tiene porqué ser un juego que por tratar temas políticos, tenga que derivar en discusiones políticas fuera del juego.
El hecho de ser asimétrico para mí es una genialidad, ya que conseguir que tantas mecánicas funcionen a la vez sin desequilibrarse, implica que el diseño del juego ha tenido mucho testeo y muchas horas de darle al coco para que todo fluya.
Aunque sí es cierto que esto provoca que la explicación del juego se vaya a una hora / hora y media ya que realmente estás explicando 4 juegos, porque cada jugador se aplicará en unas tareas completamente distintas.
Pero una vez pagado este peaje de acceso al juego, tus compañeros y tú podéis disponeros a competir por ser el Hegemon!
Las partidas son largas (6 o 7 horas + explicación y setup), pero de una intensidad que te tienen pegado a la silla tomando continuamente decisiones. Aunque pueda parecer largo, la magia del juego es tal ¡que se hace corto!
Empezamos a las 19.00 la partida y cuando ví que era la 1.00 de la mañana no me lo podía creer, porque no tenía sensación de que hubiera pasado tanto tiempo.
Sólo lo he jugado una vez, pero en ningún momento estuve aburrido en el turno de los demás, ni tampoco crea un gran stress mental de esos juegos tan intensos que casi terminas la partida con dolor de cabeza. Eso sí, conviene avisar la duración antes de sacarlo a mesa para no dejar una partida a medias.
Los componentes son de buena calidad, con troqueles de buen grosor para los tableros, tokens de madera pero con distintos serigrafiados para darles variedad, y el arte de las cartas sin ser nada especial encaja muy bien con la temática. Además en el inserto encaja todo enfundado y con unas bolsas se puede hacer un setup y recoger bastante rápido.
Y bueno, podría intentar hacer una breve explicación de las reglas, pero ni que sea un resumen me llevaría varias páginas.
Sólo puedo recomendarte que lo pruebes si eres alguien a quien le llama la atención los engranajes de la política, la economía y la sociedad moderna, ya que el juego ha capturado muy bien la esencia del funcionamiento de una nación. Y verlo todo en movimiento mientras participas de ello, y bromeas con tus amigos sobre si son unos rojos o unos fachas no tiene precio.