La fardepregunta de esta semana la he sacado de reddit y me ha parecido interesante traerla aquí.
Los que tenéis hijos o sobrinos o cualquier menor a cargo ¿Cómo introducís a los niños al mundillo? ¿Vais evangelizando y persiguiéndolos con un juego en la mano? ¿Les quitáis el móvil para que se aburran y te pidan juegos?¿O son ellos los que os lo piden?
Los que jugáis con ellos ¿Sois muy competitivos y les hacéis mascar la derrota aunque el niño tenga 2 años?
¿Qué juegos usáis?
¿Tenéis éxito?
Yo por ahora lo he intentado con juegos vistosos y de temática infantil, como fue el Fábulas de Peluche con sus minis pintadas, pero un desastre. No le gustan los juegos narrativos (aunque luego devore libros).
También con juegos con ayuda de la App como el Descent. Otro desastre.
Por ahora han triunfado el Marvel United, Spirits of the Forest y el 5 minutes mistery. Es decir, juegos rápidos y que sólo es una partida. Que no tienen una campaña larga, ni que se compagina la narrativa con el juego.
Pero sobre todo le gusta el Lorcana. Le mola tener un mazo, barajar, decidir que usar,... pero sobre todo, que es en el único juego que ha machacado a su padre. Normalmente lo doy todo en un juego y no hago concesiones. Si me gana, que sea jugando, no por que yo no me haya esforzado o me haya dejado ganar. Y en el caso del Lorcana, preparé distintos mazos que vamos rotando, y la mayoría de las veces, me humilla.
Espero que en breve pueda introducir el Star Wars Unlimited. Que tiene más profundidad y dificultad.
Y a ver si poco a poco, le van gustando otro tipo de juegos.
Si tu juegas y los niños te ven, va a salir de ellos naturalmente y te van a pedir jugar. Hablamos de niños pequeños, claro.
Hay juegos a partir de 2 años, tienes mucha diversidad y puedes elegir lo que mejor se adapte a tu hijo/a, normalmente por temática.
La mayoría de juegos para los más pequeños son colaborativos, así que no hace falta enseñarles a perder aún. Pero llegado el momento recomiendo muy mucho dejarse ganar las primeras veces, porque el niño tiene que asimilar las reglas y si pierde las primeras partidas pierde el interés y no quiere volver a jugar.
Siempre recomiendo muchisimo el blog de Bebe a Mordor para los padres, infinidad de material y muchas recomendaciones:
https://bebeamordor.com/ (https://bebeamordor.com/)
(https://bebeamordor.com/wp-content/uploads/2022/03/logo-bebe-a-mordor-nombre-300x70.jpg)
Yo los introduzco en la caja y los dejo allí para que no molesten.
Nah, es broma (creo).
Por mi parte jugué muchísimo con mis dos hijas, pero llegada la adolescencia... Se acabó. Ninguna de las dos tiene ningún tipo de interés por los juegos.
Yo no les obligo a nada, les propongo jugar a juegos que me gustan a mi y veo que son faciles, rollo zombicide, pero no les gusta mucho jugar, asi que cuando me piden jugar a algo, son los juegos que les gustan mas a ellos, Marvel United, Sushi Go y cosas asi que se juegan en media horita máximo.
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Si el adoctrinamiento :D la formación puede empezar pronto recomiendo comenzar con juegos muy coloridos, de componentes vistosos, sencillos, pero que tengan algún elemento móvil.
Por ejemplo, a las mías les encantaba El baile de las mariquitas (https://www.masqueoca.com/tienda/producto.asp?item=5308), que tiene fichas de colores y un mecanismo muy sencillo con imanes que hace que las mariquitas se muevan.
También se volvían locas con el Catán infantil —no confundir con el Junior, que es mucho más complejo—, que funciona muy bien cuando ya saben contar. Es simplemente una rueda que se mueve con un dado y en el que van cargando materiales en en carro, todo con bonitos componentes de madera. Es tan mono que solo con ir colocando los edificios de madera cuando consiguen llenar el carro se lo pasan genial.
(https://www.komachterom.nl/94862-large_default/999-games-de-kinderen-van-catan.jpg)
Cuando fueron un poco mayores pedían cosas un poco más complejas como el Carcassone Junior, que es una versión simplificada del original donde solo se juega con los caminos, o cooperativos como el Isla Prohibida.
Me parece importante ir mezclando juegos cooperativos y competitivos. Con unos aprenden a negociar y con los otros a manejar la frustración de perder. Hay que buscar que no ganen siembre, ni pierdan siempre. También, si juega más de un niño, hay que ir buscando qué juegos se le dan mejor a cada uno para que todos tengan su momento de satisfacción.
Cuando las mías tenían ya 10 o 12 años yo ya ni miraba las edades de los juegos, solo las temáticas. Podían jugar a cualquier cosa y cogían las reglas incluso antes que yo.
Salud
Vivo en el rubro de los «tíos». Con mi sobrinito, un poco como lo que dice @kesulin (https://www.darkstone.es/index.php?action=profile;u=1378), te ven jugar y quieren jugar.
Jugar a tirar dados y juntar números ayuda un montón a que se familiaricen con los números, la verdad. Si le sacas los típicos de caras variadas, alucinan.
Ya juegos-juego, creo que el primero que le regalé fue el de la Lina, la mariquita sin puntitos (https://boardgamegeek.com/boardgame/301726/little-ladybug), que es más un cuento que un juego. Aún lo sigue jugando o leyendo de vez en cuando y, la verdad, está curioso como actividad (no me gusta mucho ese tipo de mensajes, pero son mis guerras personales). Normalmente contábamos el cuento mientras jugábamos.
Llegó Animal sobre Animal (https://boardgamegeek.com/boardgame/104805/animal-upon-animal-small-and-yet-great), pero cometí el gran error de comprar la versión mini. La psicomotricidad fina aún no la tenía y le frustraba bastante que las fichas fueran tan pequeñas, pero ese lo seguimos jugando de vez en cuando, ahora ya mejor.
Me veía jugar Ajedrez (https://boardgamegeek.com/boardgame/171/chess), veía que el ajedrez aparecía en su película animada preferida y, además, aparecía en una serie de dibujos... para sus tres años, me pidió un ajedrez. Típico de piezas grandes y tapete en vez de tablero, él lo quería volcar (como en la película, aunque «eso no se hace», repetía mientras lo volcaba). Hoy, año y poco después, sabe mover las piezas y poco más, me «ayuda» cuando juego ajedrez en línea (yo le dejo hacer movimientos al azar y luego le voy diciendo qué mover) y de vez en cuando me pide montar el tablero con las fichas y jugamos un rato; como digo, mueve las piezas y le tengo que recordar qué movimientos no valen y eso, pero se lo pasa bien, al menos un rato. Rara vez acabamos una partida física (tras media hora o así), casi siempre acabamos en tablas, jajaja.
De esta forma llegó al Jenga (https://boardgamegeek.com/boardgame/2452/jenga), viendo a sus padres jugarlo y apuntándose a la actividad. Por supuesto, ahora ya mejor, pero cuando comenzó, con la psicomotricidad que tenía, el pobre sufría tumbando la torre con gran velocidad. Así aprende.
Con su abuelo juega al parchís y a la oca. Nada que objetar. A veces jugamos más personas a «eso». Nunca he visto niño con mejor suerte en los dados. ¿Se puede ser malo en la oca? Sí, yo soy malo. ¿Se puede ser bueno? Sí, mi sobrino es bueno. Los dados lo son, no hay más historia, pero los dados no reparten la suerte por igual. Al UNO ya juega de forma autónoma, le gusta sobre todo a 2 y con su padre. Yo evito el UNO...
En un cumple le regalaron el peor juego del mundo, al que le hice una no-minirreseña (aquí (https://www.darkstone.es/resenas-videoresenas-y-material-multimedia-sobre-juegos-de-mesa/esto-no-es-una-minirresena-se-ha-empeorado-a-la-oca/)). Por suerte, en ese mismo cumple, le regalaron un juego de mímica que me sorprendió gratamente porque no sabe leer lo que pone la carta, pero entendía muy bien el dibujo (salvo en acciones, que se ponía en la posición del dibujo en plan estatua, tremendamente gracioso, sea dicho; luego ya las memorizó y entendió que eran acciones); en ese es un poco difícil convencerle de que no haga ruidos, todo hay que aceptarlo.
Otros juegos de mesa «de él» serían uno de Pingüinos con un tablero que va perdiendo el suelo que me parece tremendamente divertido (y a él le gusta, siempre y cuando YO arme el tablero, se va a jugar a otra cosa y cuando termino, le llamo; lo peor de ese juego es montar el suelo), no recuerdo el nombre, lo compramos casi de casualidad (en un paseo que hice con él en el que terminamos en el típico Todo a 100 donde lo tenían); ese solo lo juega conmigo, pero es culpa del tablero. Por Navidad (la pasada) le regalé un juego-juguete de Mario (Super Mario Blow Up! Shaky Tower Balancing Game (https://boardgamegeek.com/boardgame/359800/super-mario-blow-up-shaky-tower-balancing-game)) que a mí me parece más divertido que a él, jajaja. Lo usamos de tres formas, como juguete, como juego de mesa según las normas (lo que yo quiero jugar) y una suerte de antijuego que él ha decidido que es como se juega. Sinceramente, la calidad-precio de ese juego-juguete, si te gusta Mario, es compra obligatoria (ya solo por las figuritas vale la pena).
Además de esos, lo típico: un dominó con dibujitos, juegos de memoria (tiene 3, 2 que son lo de siempre y uno que me parece simpático y es el que más le gusta, en vez de buscar dos iguales, lo que buscas es la otra parte del monstruo, así que cuando te llevas las cartas, armas el monstruo por otro lado). Ah, en los juegos de memoria o empatamos o me gana. Casi siempre le dejo la primera pareja (esa que se ve clara desde el comienzo, lo malo es que luego me apaliza con ganas. Mi memoria es de pez. Cuando se une mi hermana, ella es la que suele ganar... y yo tercero, cosas que pasan.
Y ahora cosas que son más acompañamiento en una actividad con materiales de juegos de mesa que jugar «al» juego:
Cuando viene a casa (que es MUY poco), medio le dejo elegir cualquier cosa que me parezca potable y lo adapto a que pueda jugarlo, porque no son para su edad (a veces es usar los componentes en algo que se «parece» al juego original); mi sobrino, en concreto, elegía mucho La Casa de Caramelo (https://boardgamegeek.com/boardgame/258444/gingerbread-house) y Kingdom Run (https://boardgamegeek.com/boardgame/234373/kingdom-run) -minirrseña (https://www.darkstone.es/resenas-videoresenas-y-material-multimedia-sobre-juegos-de-mesa/jdm-minirresena-de-kingdom-run/)- (este me parecía más adecuado, aunque sin planificación, es tirar los dados y ejecutar acción). La Casa de Caramelo prácticamente le decía qué hacer en la versión simplificada, pero se iba haciendo a la idea de cómo es la colección, además, le encantan los cuentos, con lo que las cartas le llamaban mucho la atención. Cuando pille bien esos juegos, creo que se los voy a regalar.
En su casa no coge los juegos de adultos, salvo uno, que desde pequeño le llamó la atención. Hasta ahora colocábamos las fichitas y no jugábamos, hace unos días echamos la primera partida a ese, sin poderes, claro, pero poco a poco. No tiene ningún tipo de estrategia y desde casi la mitad de la partida ya le tenía que decir «mejor baja esos de ahí, que esos que intentas no los puedes bajar» y así todo el rato; es normal, no es un juego para su edad. Lo bueno es que terminó con bastantes puntos, lo gracioso es que aún no sabe contar hasta ese número, cuando llegó no recuerdo bien a qué número, se quedó un ratillo callado y luego me mira con cierto enfado: «¿cuál sigue, tío?», dos más y ya, llegamos a su número. Todo contento se quedó. Hablo del Bubble Pop (https://boardgamegeek.com/boardgame/192343/bubblee-pop) (que, por cierto, a mí me resulta divertido).
¿Lo recomendaría para un niño tan pequeño? Por supuesto que no, ni este, ni el ajedrez ni La Casa de Caramelo ni... pero era lo que el crío quería jugar, se adapta a lo que pide y se lleva como actividad lúdica, adaptando las reglas, permitiendo cosillas, explicando los pasos, y recogiendo cuando ves que se medio aburre. Pero sí sirve para que se familiarice con los juegos, con cartas, dados, turnos y todo eso.
Y con los juegos de rol, ¿qué?
No he tenido mucha oportunidad de estar cuidando a les amiguites de mi sobrino, solo en un par de ocasiones, y he aprovechado para meter un incipiente germen del rol. Algo muy sencillo, les contaba historias y participaban como personajes, sin más regla que escuchar al resto y hacer un mínimo de caso, iban tirando el dado según si eran mejores o peores con tal o cual habilidad necesaria y me inventaba la dificultad o, en su caso, tiraba un dado distinto (normalmente con menos caras) y quien sacaba más ganaba la tirada, la historia siempre adelante. Funciona bien, creo, mientras les mantengas en plena atención con la historia.
Esto lo hago mucho con mi sobrino: le cuento historias donde él participa directamente, casi siempre, representando algún personaje; a veces uso dados y a veces no, depende de si los tengo a mano o no, jajaja. A veces solo quiere escuchar historias y pasa de decidir nada (comienza a decirme «dilo tú» y se acabó su participación), así que continúo con el cuento sin más. A veces, en cambio, no solo representa un personaje, si no que montamos todo el tinglado con sus juguetes, lo más gracioso es cuando un juguete representa a otro porque le da la gana («este Spiderman es Venom ahora», «¿Y por qué no Venom es Venom?», «No, ese es el de verdad, ese no juega, es un malo»; el día anterior sí jugó, pero este no le tocaba, por lo que sea).
Eso sí, muchas veces es jugar una y otra vez la misma historia, con los cambios que marquen los dados, pero la misma historia, eso me mata, todo hay que decirlo. Pero es lo que toca. Lo bueno es que ya le estoy acostumbrando a «historias largas» en donde jugamos «capítulos», pronto lo tengo jugando a una campaña de rol, jajaja.
¿Todo esto vale para cualquier crío o cría? Por supuesto que no, deben ser juegos que les atraigan por lo que sea y quieran jugar, no se les debe forzar, menos cuando están todavía descubriendo lo que es jugar.
Todo esto se resume en: juega con ellas y ellos. Que sea un juego de mesa o no es medio secundario. Juega. Cuenta historias. Participa en su mundo.
Ah, y enséñale a perder. Y a ganar (muchas crías y muchos críos son peores en la victoria que en la derrota; pasa con gente adulta, también).
Hasta luego ;)
PD: entonces, ¿para qué he contado todo esto? Porque tito Farde ha puesto un caramelito y me ha apetecido contarles algo bastante personal, ¡siento el rollo! Y gracias a quienes lo hayan leído.
Nemesis, siempre hay que empezar a lo grande :)
Los míos se criaron con el mundillo. A los 2 años ya tenían juegos de mesa (little observation) y los disfrutan porque interactúan contigo. Y así, haciendo evolucionar los juegos con ellos, se acostumbran a jugar. A veces hay que arrancarlos de las pantallas, y estando acostumbrados es algo que disfrutan. Pero para que jueguen solos, primero tienes que acostumbrarlos a jugar contigo.
Competitivo o cooperativo da igual, ya que tienen que aprender a gestionar la frustración. Dejarles ganar no es bueno en demasía, es mejor un tira y afloja, y cuando están acostumbrados a perder y querer revancha y con juegos que dominen, SIN PERDÓN.
Ahora si les digo que vamos a una convención de juegos de mesa, es como decirles que vamos a la Warner.