La verdad que no esperaba tanta participación en el hilo, y me encanta leer vuestras historias y que más o menos todos han tenido la misma evolución...
En mi caso siempre me han gustado los juegos de mesa y por casa y casa de mis familiares teníamos algunos sencillitos como el Monopoly, Quien es quien, Hotel, que jugábamos de vez en cuando. Veía anuncios de Heroquest y de algunos juegos de los famosos, pero no tenía un entorno cercano que jugara mucho a juegos de mesa y mis padres tampoco le daban prioridad a comprar juegos de mesa cuando llegaban cumples, reyes, etc, así que los veía como algo lejano e inalcanzable (eso explica el trauma que me quedó y por qué ahora me lanzo a todo lo que veo).
La cosa avanzó bien y con 9 años convencí a un primo para que me comprara La Isla De fuego (La que aún conservo en muy buenas condiciones) y juego a menudo, me parecía maravilloso el mezclar puteo, canicas rodantes, escenografía y un tablero en tres dimensiones a todo color. Me pasaba el día convenciendo a gente para jugar partidas, pero como digo, mis amigos no eran (ni lo son) frikis y tampoco tenía mucho recorrido, así que me pasaba la mayor parte del rato inventándome yo solo mis propias aventuras y modos solitarios.
(https://cloud10.todocoleccion.online/juegos-mesa/tc/2021/01/24/14/236916395_tcimg_D2CA7F50.webp)
La cosa siguió así, con juego casuales y aumentando la ludoteca a uno o dos juegos al año (juego comerciales y sencillo), hasta que ya bien crecidito me crucé con un Catán, una cosa llevó a la otra y descubrí el Zombies! pero me sabía a poco (vaya mierdón de juego), así que encontré el Zombicide... Y ahí hablaban de una cosa que se llamaba Kickstarter donde habían regalado cientos de miniaturas y extras que se vendían a precio de oro. Había información sobre crowdfunding pero no mucha por los foros de la época (creo que solo queda con dignidad la BSK de todos ellos), así que me lié a montar yo mi propio foro y empecé a lanzar carteras a la pantalla, empezando por la primera campaña de SoB y hasta ahora, 400 campañas después, tener más juegos de los que puedo gestionar, jugar y almacenar.
La cosa avanzó bien y con 9 años convencí a un primo para que me comprara La Isla De fuego (La que aún conservo en muy buenas condiciones) y juego a menudo, me parecía maravilloso el mezclar puteo, canicas rodantes, escenografía y un tablero en tres dimensiones a todo color. Me pasaba el día convenciendo a gente para jugar partidas, pero como digo, mis amigos no eran (ni lo son) frikis y tampoco tenía mucho recorrido, así que me pasaba la mayor parte del rato inventándome yo solo mis propias aventuras y modos solitarios.
(https://cloud10.todocoleccion.online/juegos-mesa/tc/2021/01/24/14/236916395_tcimg_D2CA7F50.webp)
Supongo que has probado el Fireball Island nuevo de Restoration Games, ¿no?