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Quería hacer una pregunta sobre el juego. Está claro que durante el juego a uno le van a 'estorbar' las acciones de los jugadores pero,¿hasta qué punto eso se convierte en algo inevitable y azaroso, o se puede controlar por dónde va a ir la partida?. Es decir, ¿qué grado hay de suerte y qué grado de habilidad a la hora de que alguien gane la partida?. Porque putear está bien, es gracioso, pero si se reduce a eso y a ver a quién le perjudica menos...
Pregunta, cabría la posibilidad con un par de juegos aumentar el número de jugadores a los que tenemos ya por defecto?