TRASFONDO:1.- LEELAH SWANLAKE
1.1.- Última orden registrada:Y ellos serán los
Elegidos.
Retornados del abrazo de la
muerte.
Obligados a hacer un
pacto para no perder su alma.
Peones bajo
tu mando.
Y, con todo ello, la última esperanza de
Endarth.
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1.2.- Extracto de su intervención en la última reunión de la Cúpula de la Orden de los Interventores."Desde lo más profundo del
Intersticio, evitando las
Almas en pena, esta humilde sierva de los
Interventores os saluda, hermanos y compañeros."
"Ha pasado tiempo desde nuestro último aquelarre, puede que demasiado. Desde entonces, los sueños sobre cruentas guerras me han atormentado durante las noches y me han perseguido durante mis días. Y, en todos ellos, el final era el mismo: la condenación de todo
Endarth."
"Pero también es cierto que he visto esperanza. Una posibilidad tan desesperada que puede funcionar: reunir un grupo de héroes después de su muerte, pero antes que sus almas traspasen el
Intersticio hacia el Más Allá..."
"No os riáis. Por favor, no lo hagáis. No penséis que estoy loca, ya que sé que es imposible lo que digo... a menos que uno de nosotros atraviese el velo de la vida y la muerte y espere al otro lado, en la brecha que separa las dos dimensiones, pertrechado con las
Gemas del Alma. Tan sólo de ese modo se podría mantener nuestra última llama de esperanza..."
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1.3.- Antes de la Gran Marcha del Batallón de Endarth.—¿Y por qué deberíamos seguirla, señora? Mis hombres están heridos, exhaustos y sin moral. Nuestro país ha caído, y la frontera con Damardas está fortificada. No tenemos huida posible. Es un hecho, no sobreviviremos a este infierno.
—Porque os ofrezco la victoria, general. Tan sencillo como eso.
—No es suficiente. Nadie le acompañará en su misión suicida al norte.
—Se equivoca, general. Mi ejército lo componen tanto damardianos como elfos de Edannan y de Mallevene. Hay una pequeña escuadra de magos renegados e incluso un batallón de tirkahnos. Por lo que no creo que los soldados de Tyrennor se quieran perder la diversión.
El general miró al horizonte con una sonrisa triste y se frotó el mentón.
—¿Y los cabrones de los enanos? Siempre se escaquean, malditas ratas cobardes. Y eso que podrían utilizar a sus esclavos, ya sabe, a los...
—Suficiente, general. Son libres, como lo soy yo y como lo es usted. Nos acompañen o no, será por su propio pie... cuando lleguemos al norte.
—Acabar con toda la ocupación que asola Tyrennor hasta llegar a Atlius. Es un imposible, señora. Pero... en caso que la creyese... ¿Qué nos costaría esta gesta? ¿Cuál sería el precio de despertar de esta pesadilla?
La mujer le miró a los ojos y abrió los brazos.
—Todo, mi general. Absolutamente todo, recuérdelo bien. No hay un final feliz cuando acabe esta guerra... y tan sólo me puede acompañar si está dispuesto a pagar dicho precio.
El general se giró a sus lugartenientes. Los hombres asintieron con lentitud, mientras sus miradas expresaban mucho más de lo que se podía decir con palabras. El honor y el orgullo era para esos momentos. Y la venganza, que ardía en sus corazones, avivada por la posibilidad de asestar un golpe final a su enemigo. Por mucho que sabían que no vivirán para contarlo, eso no les importaba: sus familias habían muerto, su vida ya había sido segada. Ahora tan sólo quedaba una última decisión sobre la mesa: cómo caer.
El general asintió.
—Le acompañaremos a la guerra... esto...
—Leelah, general. Mi nombre es Leelah Swanlake. Soy la última de los Interventores con vida.
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1.4.- Arenga de Leelah Swanlake, de la Orden de los Interventores, al borde del río Avlon, antes de entrar en el Paso de las Cruces. "
Saludos, ejércitos de Endarth.
Ante vosotros está el Paso de las Cruces, el último punto para alcanzar los territorios inexplorados de Amidra.
Sabéis que lo que nos espera es desconocido. Sabéis que estamos combatiendo contra las consecuencias de una guerra injusta, en la cual todos tenemos nuestra culpa: los elfos, instigadores de esta locura y sanguinarios ejecutores de los shamash; los humanos de Damardas, innobles en su pacto con los elfos, sometidos por su propia codicia; los humanos de Tyrennor, cegados por su orgullo y superados por las pesadillas; los enanos de Atlius, cobardes y escondidos al refugio de su montaña, espectadores de las masacres acontecidas; y no olvidemos los elfos de los bosques, los bárbaros de Tirkah o las grandes órdenes de magos… todos y cada uno de ellos, abocados a la observación, esperando ver cómo se desarrollaban los acontecimientos para conseguir beneficios…
Todos son culpables y, a su vez, todos son víctimas. Y la última esperanza de todos ellos sois vosotros: el ejército de los supervivientes, los más duros o con mayor suerte de vuestros batallones, divisiones, escuadras...
Sois la última fuerza militar que queda en Endarth, y, con ello, también la última esperanza. Cargáis los pecados de no alzar la voz contra el exterminio de una raza noble y débil, y, a su vez, habéis perdido a vuestras familias, vuestros pueblos y a vuestros hermanos y hermanas de batalla... Por lo que a mí respecta, habéis expiado vuestra culpa con creces. A partir de este momento, no hay ninguna cuenta pendiente a vuestras espaldas.
Por eso, yo os pregunto, como hombres y mujeres libres. ¿Me seguiréis a una batalla perdida? ¿Derramaréis vuestra sangre en esta último combate, donde tan sólo la muerte nos espera?
Sabéis que no os puedo pedir que me acompañéis, ya que os aseguro que quien lo haga no volverá a ver la luz de un nuevo día. Y, aún así, es lo único que podemos hacer en este instante... puesto que este momento, y no otro, marcará el devenir de todo Endarth. Nos enfrentamos a la destrucción absoluta, al fin de todo... donde tan sólo nuestro sacrificio nos traerá un mínimo halo de esperanza.
Por tanto, hijos de Endarth, hermanos de la guerra, yo os pregunto... ¿Estáis conmigo?"
Este texto está escrito en el Diario de Ágamon, donde se narra que, tras estas palabras, las exhaustas tropas gritaron al unísono como una sola voz. Y que ese día fue cuando, por primera vez en la historia, marcharon humanos, elfos y enanos en frente común, formando el llamado
Batallón de Endarth.
Y está escrito que ni uno de ellos le dio la espalda a la
Interventora en ese momento de necesidad... y que ninguno de ellos regresó jamás.
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1.5.- Juramento en el campo de éxtasis del norteAquí seguís, tras un siglo, mis odiados Exiliados, seres con la bendición de la magia en una raza totalmente ajena a ella.
Vuestro camino siempre ha sido violento y solitario. Vuestro objetivo siempre ha sido el conflicto y la lucha. Vuestro destino es la destrucción.
Queréis que los vuestros escapen a Endarth. Pero vuestro tiempo se está terminando, y tan sólo sabéis someter, exterminar y consumir.
El combate es inevitable. Reíd, reíd... porque existen héroes en nuestro lado... los cuales serán capaces de deteneros. Para siempre.
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2.- Eliah Argent
2.1.- Extracto de la charla de Eliah Argent en el combate contra la Triada de los Arcanos, en las catacumbas de Torre Eliana:"
Y, como bien sabéis, las almas en pena cruzan el Intersticio, un plano donde se juntan reminiscencias de las dos dimensiones sin pertenecer a ninguna. Un espacio yermo donde el tiempo no se doblega a las reglas de Endarth. Un lugar infinito y, a su vez, delgado como una sombra.
Por ello lo debéis temer con toda vuestra alma. Debéis enfocar vuestro terror más primordial y darle forma hasta que sea tangible. Tan sólo entonces comprenderéis que ellas están ahí, acechando, susurrando a vuestras espaldas... y que no podéis hacer nada para evitarlo."
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2.2.- Acertijo del Guardián de la Puerta de la Muerte."Escúchame bien, mi estimado aprendiz.
Hoy te contaré una pequeña historia. Que habla de uno de los puntos más misteriosos de todo Endarth: los Yermos de Aresia, al sur de Damardas.
Dice una leyenda, encontrada en un pergamino hecho con piel humana, donde cada letra fue escrita con sangre y fuego, que hay un lugar de pesadilla, donde perder la vida es lo mejor que te puede ocurrir. Reza el escrito que, justo en el centro de los yermos, en el punto más equidistante del mar de sur con Fuerte Tesónica, hay un portal donde la magia de la muerte fluye con una fuerza imparable. Y que se puede encontrar por el olor, de miles de víctimas desgarradas, algunas siendo ya huesos, otras todavía sangrantes, pero ninguna humana. Y si, por ventura, llegas al borde de dicho abismo, verás a su guardián.
Está escrito que dicho guardián está preso en ese vórtice, protegiendo a Endarth de las pesadillas que vienen del otro lado, dándoles muerte con presteza. Pero es una maldición irreversible. Mientras él esté defendiendo, las abominaciones vendrán.
Y, ¿Qué es esta última frase? Muestra una oportunidad, utilizando la magia completa de Endarth para liberar al guardián de sus cadenas, y cerrar el portal para siempre. El acertijo está ahí, y me temo que debes desvelarlo antes de llegar hasta él. Porque, en el momento que lo hagas... ya no tendrás una segunda oportunidad.
¿Has prestado atención, Riavan? Y veo que todavía no tienes la solución. Todos los datos están ahí... de acuerdo, de acuerdo... te daré una pista, solo un detalle: eres el más preparado para poder cerrar el portal, y, aún así, es imposible que lo hagas solo. En cambio, nosotros tres, la Triada de los Arcanos, podríamos solucionar este enigma sin derramar sangre.
No. Esa solución no es.
¡Oh! ¡Qué tarde es! Dejemos esto aquí y mañana volveré a preguntarte.
¿Cómo? ¿Que cómo lo sé? Tienes diez años, mi aprendiz. Cuando tengas el doble, te lo diré...
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3.- Sobre los enanos
3.1.- Sobre los enanos (anónimo):"Mucho tardaron los reinos humanos y elfos en entender cómo los débiles enanos habían conseguido tal avance en excavación y arquitectura. ¿Cómo era posible que dispusiesen de una tecnología tan superior al resto de
Endarth? La información llegaba sesgada, y muy pocos nos inclinábamos a creer que tenían tubos que escupían fuego, o que podían hacer estallar la piedra sin magia".
"Sin embargo, ahí estaba parte de la clave. Pero no era
toda la verdad".
"Había un oscuro secreto, una vergüenza que no permitirían que saliese al exterior... hasta el día que la
gran detención"
"Es historia antigua, lo reconozco, pero dice mucho de esta raza... De hecho, lo dice
todo".
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4.- Taldrim
4.1.- Relato de la Posada del Oso:"
No hagáis caso. No es sino un mero relato, un cuento para asustar a los niños y que no se alejen de sus hogares. Todos sabemos que Endarth es un lugar peligroso, y la leyenda del Vagabundo tan sólo añade un poco más de incertidumbre al ambiente. ¿De verdad creéis que hay un hombre que vaga sin rumbo, perseguido por unas fuerzas oscuras que devoran todo a su paso? ¿De verdad podría existir tal aberración, tal despropósito?"
Warden escuchó las reflexiones del visitante y negó con la cabeza. Taldrim no era el mejor sitio para este tipo de oradores. A la escoria le aburrían los relatos, y le atraía el oro. Así que la pequeña congregación mantenía una mirada evaluadora en el charlatán, repartiéndose con antelación sus escasas riquezas. Pero, bueno... así era Taldrim. Y Warden no pensaba cambiarlo, para nada.
Al día siguiente, Warden se asombró al encontrarse a casi todos los parroquianos de la noche anterior dispersos por el exterior de su taberna, con daños más o menos severos. Extrañado, buscó al visitante, pero no lo encontró por ningún sitio. Después de un instante de duda, se dio cuenta que no recordaba ni su cara, ni su tono de voz...
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4.2.- Fragmento de una carta anónima, encontrado en un antiguo camino utilizado por las diligencias de correo entre Taldrim y Quibar.(Falta fragmento)
Y aquí me encuentro, hermano. Rodeado de parias y escoria de la sociedad, en el último núcleo de podredumbre de todo Tyrennor. Se me encoge el alma al ver los vestigios de la antigua Ciudad Blanca, reducida a este pozo infecto de corrupción. Pero es donde debo estar, ya no queda esperanza en esta tierra para mi. Todo lo
(fragmento borrado) el destierro, por lo que mi camino termina aquí, al igual que muchos otros.
Abraza a
(trozo ininteligible) adie me encontrará, nadie me relacionará con vosotros. Vivid vuestra vida en paz y rezad por mi alma. Yo ya estoy
(ininteligible).
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5.- Tirkah
5.1.- Ernest Livingrock - Estudios y viajes a las tierras de los bárbaros:Es bien sabido que en todos los Clanes en
Tirkah existe la figura del
Anciano, venerado líder entre sus hermanos. Y que siempre está acompañado por el
Chamán, el cual interpreta en sus complejos ritos la palabra de
Kah, el Dios de la Guerra. Pero pocos extranjeros saben de la existencia del
Elegido, aquel guerrero considerado como el más poderoso de todo el Clan, el cual lleva un robusto collar con un símbolo único de oro puro.
Si un
Elegido es abatido en el campo de batalla, su rival, su ejecutor, le arrancará el collar y lo mantendrá en alto, mientras ruge una antigua letanía. Ningún enemigo osará atacarle en ese momento, y la batalla se dará por finalizada. Entonces, entre los supervivientes del Clan del
Elegido caído, se formará una guardia que le escoltará hasta el corazón de su mismo poblado, compartiendo comida y bebida por el camino.
El viaje terminará cuando el ejecutor entregue en mano el símbolo de oro al
Anciano del Clan enemigo. Después, el
Chamán le tatuará un pequeño símbolo del Clan, como reconocimiento de su honor.
Las bendiciones de
Kah caerán sobre tal formidable guerrero, el cual será escoltado a su propio pueblo.
Toda la información tirkhana se transmite de modo oral. Pero, hasta donde he podido saber, esta regla jamás se ha roto. Nunca han sacrificado al ejecutor, nunca éste ha aprovechado su situación para acabar con el
Anciano enemigo. Esto demuestra mucho de su sociedad, salvaje y fuerte, pero honorable. Quizá no debamos juzgarles desde nuestro propio prisma.
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6.- Sobre los Defensores y la Línea del Juramento
6.1.- Sobre los Defensores de la Línea:Entre los rangos de
Tyrennor es conocido el Ritual del Juramento, el último reto para poder convertirse en un
Defensor de la
Línea.
Poco se sabe del mismo, tan sólo que una décima parte de los aspirantes lo pueden terminar. A los que lo consiguen nadie osa preguntarles. Y los que fracasan jamás rememoran la
Vigilia, ese día y esa noche completos que pasan en las entrañas de la
Armería, ya que recordar esos momentos son suficientes como para que un guerrero hecho y derecho sea presa de un miedo demencial.
¿Cuál es la verdad? Nadie lo sabe. Por un motivo u otro, la leyenda del
Ritual sigue siendo un misterio.
¿Quiénes son los
Armeros, esos gigantescos hombres que guardan las armas de los
Defensores caídos? ¿Por qué se dice que las armas de la
Línea, al estar expuestas a tantos años de magia de viales y de combatir contra los enemigos del pantano, arrancan un fragmento del alma de su portador? Solo estos guardianes conocen este secreto, y tened por seguro que ninguno lo contará.
Pero es cierto que se precisa que, durante su
Vigilia, el aspirante a defensor resuene con al menos un arma. Si así ocurre, y soporta el encierro, los susurros y lamentos de los fantasmas del pasado, las visiones de su propio destino y su propia sangre cayendo por la Línea, entonces y sólo entonces, se le hará entrega de un arma destinada únicamente a él, la cual blandirá con destreza desde el primer instante. Estará conectado a la
Línea de un modo mucho más profundo que ningún otro soldado. Será una extensión de generaciones de
Defensores que han salvaguardado su tierra contra terrores innombrables.
Muchos dicen que si
Tyrennor hubiese aplicado ese saber oculto para preparar un ejército ofensivo, habría destruido
Damardas en un instante. Otros relatan que sin tener que defenderse del
Pantano de Mandora, los soldados de
Tyrennor habrían subyugado a todo
Endarth de habérselo propuesto. Pero ninguna de estas conjeturas se puede probar a día de hoy, ya que lo único cierto es que
Tyrennor está moribundo, y, si sigue con vida, es gracias a sus cada vez más escasos
Defensores.
A aquellos que nunca dan un paso atrás.
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6.2.- Arenga del coronel Markus Vallion en el Muro de la Defensa de Tyrennor."Los he visto en el horizonte. Son una maldición más, una nueva pesadilla nacida para asolar Endarth. Sé que es difícil contenerlos, y casi imposible matarlos. -El coronel escupió en el suelo y miró a los soldados. Asustados pero resueltos. Como siempre había sido. -Aún así, yo os pregunto, hermanos... ¿lucharemos hoy juntos? ¿Moriremos hoy juntos? ¿O permitiremos que esas bestias crucen esta muralla que ha soportado siglos de asaltos? ¿Los dejaremos que entren a Byzardus y acaben con nuestras esposas, con nuestros hijos, con nuestros ancianos? ¡No! Hoy las espadas azules de Tyrennor brillarán con fuerza por última vez. Y, aunque ya no veamos un nuevo amanecer, os juro que ni una de esas abominaciones pasará nuestra línea de defensa. ¡Ni una sola!"- Tras la batalla, se contabilizaron más de tres mil bajas, entre ellos el coronel, pero ninguna bestia cruzó el Muro. Como reconocimiento póstumo, el Muro de Defensa pasó a llamarse la Línea del Juramento
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7.- Sobre la Guerra del Norte
7.1.- Encontrado en un pergamino escrito en sangre, pasado el Camino de las Cruces, donde acampó por última vez el "Batallón de Endarth" antes de su desaparción:A vosotros, invasores desde la dimensión de
Mythaland.
Os puedo definir, aunque no quiero. Para mí, tan sólo sois una raza engullida por el odio puro...
... que no sentís el honor del combate como los bárbaros de
Tirkah...
... que no percibís la conexión con vuestro entorno como los elfos de
Mallevene...
... que tampoco os integráis en la sombra como los asesinos de
Damardas...
... ni en la luz como sus temidos
inquisidores.
No disponéis de la inquebrantable convicción de los
Defensores de la Línea...
... ni anheláis como los ingeniosos
enanos en el corazón de la montaña...
... carecéis de la bondad de los poderosos
ook...
... y, por supuesto, no conocéis el orgullo de los poderosos
magos.
No sois nada de eso. Y, sin embargo, vuestro odio, puro e instintivo, os ha convertido en la mayor amenaza de
Endarth...
...hasta hoy.******
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8.- Sobre las Órdenes mágicas
8.1.- Palabras registradas de Ehedrit Van Mill, mago de alto nivel poseído por una entidad desconocida en un Concilio de los Arcanos:"Sabéis de los Interventores, ¿verdad? Y sabéis que no son magos poderosos únicamente por nacimiento ni entrenamiento. Sabéis que os superaban por un secreto aún mayor, por sus extraños rituales realizados por la otra raza, por su perversión de la sangre humana hasta las últimas consecuencias con aquellos que viajaron más allá del muro de niebla.
Pero sois competitivos y orgullosos, eso ha sido siempre así. Por eso no os pudisteis negar a tener vuestro propio experimento, aunque con distintas fuentes mágicas. ¡Qué arriesgado! Aunque fue un éxito, ¿verdad? Obtuvisteis todavía mayor poder, por mucho que nunca lo llegasteis a controlarle del todo. Y aunque sabíais lo que estabais arriesgando, y que algo estaba mal, os sorprendisteis cuando os traicionaron desde dentro de vuestra Orden. ¿De verdad nadie sospechó que uno de vuestros líderes era uno de ellos? ¿Hasta dónde de profunda fue la traición? ¿Y el resto de la Tríada, también lo desconocía todo?
Todo eso ya pasó, y ahora, aunque seguís siendo una Orden, nadie requiere de vuestro consejo ni de vuestra presencia en Endarth.
¿Cuál será vuestro destino?Y, mientras todo se derrumba y amenaza con acabar vuestro orgulloso legado, yo os digo: ¿Os quedaréis al margen?
¿Cuál fue vuestro destino?Es más. ¿Tan bajo habéis caído? Conspirábais con reyes, movíais el destino de reinos en las sombras. Y ahora sois débiles, sois presas de vuestra propio miedo.
Pero no me iré sin haceros una última pregunta. La única que quiero que me contestéis: Orgullosos magos de la Orden de los Arcanos,
¿Cuál es vuestro destino?"
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8.2.- Extracto de una charla del "Vagabundo" al grupo de mercenarios de Storia (I)."No creáis que es fácil comprender la mente de un mago, muchachos. Si algo he aprendido de mi experiencia con ellos es que no ven las cosas igual que el resto de los mortales. ¿Qué uno de ellos despunta en alguna habilidad? Harán lo posible por eliminarlo o eclipsarlo, en vez de pedirle que llegue lo más lejos posible y que su genialidad se convierta en beneficio de toda la magia. En cambio, si varios de ellos trabajan en un estudio en común, por estéril o banal que sea, serán reconocidos por los demás (siempre y cuando ninguno de ellos intente acaparar más mérito que sus compañeros).
Por eso cayó el Gran Maestre de los Arcanos, Ágamon, asesinado por sus propios compañeros. Y este evento desató una gran guerra mágica que acabó con tantos y tantos magos. Fue por lo que instauraron la Triada como cúpula absoluta de la Orden, porque asumieron que eran unas serpientes escurridizas y traidoras, y supieron que diversificar el poder era su única vía para la subsistencia.
No os fiéis de ellos nunca. Porque ellos no lo harán de vosotros."
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8.3.- Extracto de una charla del "Vagabundo" al grupo de mercenarios de Storia (II)."¿De quién fue la culpa de la
Gran Guerra, desatada tras el
Concilio de Tyrennor? Realmente, la historia no lo tiene claro.
- Hay quien apunta al Rey de los Elfos, el mismo que dio lugar a la Era del Comercio y conectó a todos los reinos de
Endarth. Pero, ¿por qué mintió en en
Concilio?
- En cambio, los elfos te dirán que la traición de
Damardas en la guerra fue el motivo de la caída. ¿Por qué no siguieron el
Camino de las Cruces y apoyaron a las tropas élficas, exhaustas y diezmadas?
- Todos coincidirán que el ataque de todos los clanes de
Tirkah sobre las costas occidentales de
Edannan fueron devastadores. ¿Por qué los bárbaros se aliaron en ese momento? ¿Debieron subir hacia el norte los elfos de
Mallevene a proteger a sus hermanos? ¿A qué se debió su indolencia?
- ¿Y los magos? No hay relatos de ellos, ni afiliaciones, ni grandes hitos en esos días convulsos. Aunque siempre han estado en todas las intrigas de todos los reinos. ¿Qué estaban haciendo las grandes Órdenes, como los
Arcanos?
Hay demasiadas dudas. Y mucho me temo que, aunque investiguemos y preguntemos, nunca obtendremos la verdad absoluta. De todos modos, tendremos que comenzar por algún sitio. Y esta biblioteca es un buen lugar, ¿no creéis?"
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9.- Sobre los Khela
9.1.- Oráculo khela:"Aquí estáis, portadores de la oscuridad, exiliados de Mythaland, poderosos Heraldos de la Diosa de la Guerra.
Sois una improbabilidad estadística, sois los únicos que tenéis poder mágico de una raza condenada.
Y lo habéis sacrificado todo para ser la punta de lanza en una nueva dimensión. Tenéis claro quién es vuestro enemigo, a quién debéis subyugar.
Aunque no está siendo fácil. Fuisteis once los que llegasteis a Endarth, pero la muerte y la traición os han golpeado. El enemigo no se deja abatir, pero ya está herido de muerte.
Liberaréis al que está preso al norte, y él allanará vuestro camino. La victoria está en la palma de vuestra mano. Después de tantos siglos, ¡ha llegado vuestro momento!"
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10.- Otros textos y escritos
10.1.- :¿Arrepentimiento? ¿Tenéis el valor de pedírmelo, a mí? ¿Acaso no sabéis quiénes sois realmente, o el alcance de vuestras acciones, antiguos moradores de los Yermos de Aresia?
Vinisteis a
Endarth huyendo de vuestra némesis, y encontrasteis un lugar separado de los demás, al norte del mapa.
Donde no sabíais que ellos os terminarían encontrando.
Donde no sabíais que traeríais la condenación a
Endarth.
Y, aún así, no puedo perdonaros. Siento que, aunque os cacé y asesiné a sangre fría, era lo que tenía que hacer. Era el deseo de mi rey. Era mi única misión.
Y la cumplí hasta el final. Y lo volvería a hacer de nuevo. Pagando, otra vez, todo lo que tengo.
Porque ahora tan sólo queda en mi un sentimiento.
Odio.
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10.2.- Oficina anónima de cazarrecompensas."Habéis venido a mi oficina buscando información, ¿verdad? No os sorprendáis, os reconozco a la distancia: mercenarios a sueldo, imparables asesinos de rostros ocultos y cuchillos envenenados bajo vuestras capas negras.
Poco más os puedo decir. Yo también sé que, entre vuestras misiones cotidianas, que habitualmente intercambian oro por segar vidas, han aparecido dos muy bien pagadas, lo que hace que se extiendan por todos los reinos humanos como el polvo negro.
Una es encontrar y acabar con un pequeño grupo de viajeros, ocho en total. Y la otra es dar información sobre un vagabundo que se mueve erráticamente por todo Endarth, con un grupo de jóvenes mercenarios.
Poco más os puedo decir, salvo regalaros un consejo: elegid con cuidado. Y recordad que nuestra profesión es una partida donde apostamos muy fuerte, por lo que tenemos que estar dispuestos a ganar o a perder todo.
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10.3.- Pocos saben a ciencia cierta lo que pasa al otro lado de
Endarth, en esa otra dimensión oscura y violenta, donde los dioses crearon dos razas para conseguir sus propias metas y vencer en su enfrentamiento milenario.
Casi nadie conoce cómo una de esas razas huyó hasta llegar a
Endarth, cerrando los pasos que permitían al flujo mágico cruzar las dimensiones, evitando que su salvajes perseguidores les diesen caza.
Pero esa acción tuvo un coste. El tejido de la realidad se resintió y tan sólo quedaron los
Khela en la dimensión olvidada... junto con su eterno resentimiento y sed de venganza. La raza más violenta jamás creada había sido abandonada por sus únicos enemigos... y por sus hermanos.
Y así fue durante más de mil años. Y todo hubiese permanecido así, para siempre, si un explorador elfo no hubiese atravesado la barrera mágica de
MistWall.
Si no hubiese sido acogido por la raza de los exiliados.
Si no hubiese vuelto a su Rey con un regalo maldito.
Sin todo esto, la
Guerra del Norte no se habría producido. Y los
Khela no habrían visto, con gran regocijo, cómo los portales se abrían de nuevo. Y cómo comenzaba, para ellos, el momento de la ansiada venganza.
El plan ya está en marcha. Se trazó sin prisa, a la espera que se apague una vida, ya agonizante. Poco les importó a los
Khela tener que esperar un siglo más. De hecho, lo preferían... porque así crearían un ejército tan brutal y tan masivo que arrasaría todo
Endarth.
Pero el destino es cruel, hasta para ellos. Los violentos desconocen que sus acciones, al igual que las de sus hermanos, tienen consecuencias todavía imprevistas... que pueden despertar a un mal aún mayor. Pero no existe nadie que pueda avisarles... ni tan siquiera que se atreva a nombrar tales pesadillas, las cuales consumirían toda la existencia. Tan sólo se puede hablar de los guerreros raptados de la dimensión de
Mythaland y arrojados a
Endarth por las fisuras del
Pantano de Mandora o de los
Yermos de Aresia. A esas bestias sin raciocinio. Y también de aquellas que están comenzando a cruzar las
Puertas Stygias, y navegan por el
Intersticio guiados por las
Almas en Pena... para comenzar la última guerra.
Esas bestias tienen unas poderosas tropas de línea, las cuales no descansarán, no se detendrán y no mostrarán piedad. Nadie sabe su nombre, pero los valientes soldados de
Tyrennor ya se han enfrentado a ellas, y las han bautizado como "
robustos". Y saben que estas bestias están envueltas en un miasma negro, que es, simple y llanamente,
terror en estado puro.
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Seguro que alguna que otra cosa comienza a encajar... seguro que sí!
Nos vemos esta semana próxima!