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Pues van a conseguir las editoriales quedarse sin autores.
Eso no va a pasar porque como en todas las "profesiones vocacionales", la oferta de diseñador de juegos es infinita. Las discográficas no se van a quedar sin músico-esclavos, las ONGs no se van a quedar sin voluntariado umpa-lumpa gratuito, las promotoras culturales no se van a quedar sin frikiesquiroles para sus lucrativas jornadas lúdicas, las consultorías no se van a quedar sin informáticos, y los mecenazgos no se van a quedar sin diseñadores de juegos.
Muy interesante lo que comentáis. Por desgracia me quedo con el último comentario: el mundo es así, sólo te queda blindarte en la medida de lo posible y lanzarte al río de pirañas...
Bueno Alain, es que si funciona todo, y el mundo lúdico no iba a ser diferente.
De nuevo, la pataleta parece ser la única opción que le queda: hacer el caso público para dañar la reputación de la editorial, ya que la ley de copyright no le ampara.Cada vez este mundillo crece más y huele más a mierda.
SaludGracias por compartir la información. Creo que la responsabilidad que tenemos como consumidores está justamente en no apoyar este tipo de prácticas y denunciarlas públicamente, dándolas a conocer (que es justamente lo que haces).Como ya han dicho otros compañeros, en realidad no es nada nuevo. La diferencia es que ahora la la pataleta pública tiene más posibilidades de existir y tener algún efecto. Digamos que antiguamente nadie se iba a enterar porque esto difícilmente saldría en algún medio, ahora (desde hace ya unos cuantos años, pero pinto canas y cuando hablo de antes me refiero a «pre-Internet») se puede conseguir mucha llegada y la editorial que sea denunciada con pruebas (como es el caso) puede verse muy afectada (de ahí su reacción furubunda).Para sacar algo positivo: la actitud de Edge la otra vez fue bastante positiva (avisar de esto) y la comunidad parece que reacciona bien (apoyando a los autores, quiero decir).Hasta luego