Buscas una caja larga y ancha pero con poca altura.
Colocas un rectángulo de espuma por dentro de la caja de forma que coincida más o menos con sus dimensiones. Colocas un segundo rectángulo de espuma en la tapa.
Tus miniaturas irán en un "sándwich" de espuma. Gracias a la presión de la espuma, no se moverán cuando cierres.
El problema suelen ser las peanas de las miniaturas, que al ser lo que más protubera, suelen presentar resistencia a poder cerrar la caja. Lo más fácil es meter parcialmente la peana de cada miniatura en la rendija que queda entre la espuma y la caja, colocando las miniaturas a lo largo de los bordes de la caja. También puedes tomar un cúter y hacer pequeños cortes donde meter las miniaturas.
Esto es lo que hacíamos hace 20 años cuando jugaba a Warhammer y comprar maletines era imposible.